Barra brava, sinónimo de delincuencia

Viajar al mundial de fútbol obteniendo la financiación de manera inexplicable, beber alcohol hasta la ebriedad en el avión profiriendo cánticos cuasi de guerra y tratar a las azafatas como chicas de cabaret, para individuos marginales es algo natural por más que se encuentre reñido con los más elementales principios de convivencia; incluyendo golpear la estructura de la aeronave a modo de instrumento de percusión para darle ritmo a esa intimidante música, todo esto y algunas otras cosas más, son motivos suficientes como para no permitir que aquellos sujetos sean admitidos por las autoridades del país anfitrión.


La connivencia entre las denominadas “barras bravas” y algunos sectores dirigenciales es una calamidad que puede y debe ser erradicada, aplicando todo el rigor  de la ley, siempre y cuando se pretenda que el fútbol se convierta en un deporte transparente y que la política sea lo que debe ser, es decir el arte de lo posible, no el medio para obtener privilegios sectoriales en perjuicio de la ciudadanía  en su conjunto.

Imagen: Dreamstime.com

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