La información es poder y, nadie comparte lo que le es muy difícil de obtener, razón por la cual el individuo debe desarrollar su capacidad analítica e ir a las fuentes del conocimiento, para hacer frente a una realidad cambiante donde parte de lo conocido y comúnmente aceptado es obsoleto, al punto de que muchas veces ignora hasta su propia vulnerabilidad.
Si se acepta que la intuición es una cualidad de mando, también se debe aceptar que la experiencia previa suele no servir en lo más mínimo ante una grave e inusual contigencia, emergencia o catástrofe, sea esta natural u ocasionada por el hombre.
Para hacer frente a los nuevos desafíos, recibir la adecuada educación es una condición indispensable, lo cual no implica necesesariamente adquirir una capacidad de razonamiento a la altura de las circunstancias, puesto que no hay modo de enseñar esto último. El individuo aprende a razonar por sí mismo o, terminará masificado, adoptando las modalidades y costumbres que lenta pero inexorablemente lo perjudicarán y, de llegar a darse cuenta, ante los hechos consumados muy probablemente sea tarde.
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