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Presenciando los partidos de fútbol jugados el día de ayer, me causó una sorpresa enorme la no convalidación de lo que hubiera sido el empate en dos tantos por bando entre Alemania e Inglaterra, por un error tremendo, en especial del juez de línea, tras haber ingresado la pelota en el arco al menos 40 centímetros.
En el disputado entre Argentina y México fue clara la posición adelantada del jugador Carlos Tévez, que incluso pudo ser observada en la reiteración a través de la pantalla gigante por los árbitros, sin que estos enmendaran el error cometido.
Es aún más llamativa la reiterada negativa de la FIFA para incorporar la tecnología existente, a los efectos de simplificar la labor del árbitro y que no sucedan hechos irregulares, entre otros, como el que permitió la clasificación para el presente mundial del combinado de Francia tras un gol efectuado con la mano presenciado por todos, con excepción del árbitro principal y del juez de línea. Afortunadamente estos problemas en rugby y tenis no suceden al no presentar sus autoridades una mentalidad arcaica como la de los popes del futbol.
Con semejantes anomalías surge un interrogante lógico ¿no habrá sido una estratagema para posteriormente cometer otro «error» a favor de los próximos rivales de los equipos que se vieron beneficiados por árbitros supuestamente tan poco hábiles para tomar decisiones acertadas en instancias decisivas de una copa del mundo?. De llegar a presentarse esta hipotética situación la respuesta de las autoridades bien podría ser que «nadie es infalible y como se equivocan para un lado también pueden equivocarse para el otro» escondiendo algo que no puede ser probado pero que genera múltiples sospechas.
Charly W. Karl 
Hola Charly:
Desde que el fútbol es tal, ha habido arbitrajes lamentables a favor y en contra de todos. Personalmente en este Mundial no creo en una confabulación.
Posiblemente en el caso del asistente de banda italiano, que no sancionó el gol inglés, haya repercutido la escena mil veces repetida en TV del gol británico contra los germanos en el Mundial de 1966, en que la pelota jamás entró pero que fue validado.
Un abrazo.
Que tal Esteban, en algunas jugadas es muy difícil poder determinar si es ilícita o no. Me parece acertada la idea de un cuarto árbitro que cuente con una pantalla para ver la reiteración de la jugada, desde diferentes ángulos y, ayude al principal a tomar la decisión acertada.
Un abrazo!